Es mediodía y la temperatura llega a los 36 grados. Por suerte hay algunos grandes árboles de mango para dar sombra. Las familias aquí en la comunidad Balcánes en el sur de Honduras lleva 14 años viviendo en esta área, pero hace dos años veinte de las familias decidieron probar algo nuevo. Llegaron en contacto con la organización socia de We Effect MECOOVISURH y poco después crearon la cooperativa de vivienda por ayuda mutua COVIBARL.
Han asegurado el acceso al agua
Darling Lagos, 24, limpia su cara con una toallita amarilla. Ella llegó aquí de niña con sus padres después de que una inundación había forzado la mudanza de la familia. Ahora lleva 15 años aquí en Balcánes, pero la vida no ha sido fácil. Por mucho tiempo la comunidad ha carecido de varios servicios básicos, por ejemplo uno de los derechos fundamentales — el acceso al agua. Algunos pozos de agua en una arboleda cercana proveen la comunidad con agua para beber y para lavar ropa. Sin embargo, durante el verano cuando casi no cae la lluvia el agua se agota, dejando los pozos vacíos.
Teníamos que levantarnos a las tres de la mañana y hacer fila para lograr llenar una cubeta de agua
“Antes teníamos que levantarnos a las tres de la mañana y hacer fila para lograr llenar una cubeta de agua para llevar a la casa”, cuenta Darling.
Ahora, las y los miembros de COVIBARL ya no tienen que preocuparse de eso. Con el apoyo de We Effect y MECOOVISURH, la cooperativa ha logrado instalar una bomba de agua y de esa manera asegurado el acceso al agua.
Elaboran su propio material de construcción
Además, han aprendido elaborar su propio material de construcción. A través de una colaboración entre dos organizaciones socias de We Effect en Honduras —MECOOVISURH y la Fundación San Alonso Rodríguez — recibieron formación en cómo elaborar material de construcción de materia orgánica en su alrededor.
“No es tan difícil, cuenta Darling. Mezclamos tierra, arena, paja y agua, y luego pasamos esa mezcla por un molde antes de dejar los ladrillos secar en el sol durante un par de días”
El resultado de este proceso son ladrillos de adobe, una alternativa económica y ambientalmente sostenible para usar en la construcción de viviendas. Hasta ahora COVIBARL ha construido una bodega utilizando este material donde van a guardar las herramientas que utilizan en el huerto comunitario. Pero en el futuro, la idea es usar esta técnica para construir nuevas viviendas para las 20 familias que forman parte de la cooperativa.
Los planes para el futuro es tener nuestras viviendas porque es lo que más deseamos… para vivir dignamente
El valor de trabajar juntas y juntos
Según Darling, la situación ha cambiado mucho durante estos dos años que llevan con la cooperativa de vivienda, y dice que ahora han aprendido el valor de trabajar juntas y juntos:
“Antes trabajábamos cada quien por su lado, pero cuando llegó MECOOVISURH empezamos a hacer las cosas diferente — que el dolor de uno también sea del otro. Es algo muy bonito que hemos aprendido porque el esfuerzo de uno nunca será lo mismo que el esfuerzo de varios”
Todavía falta finalizar algunas cosas de la bodega como por ejemplo pintarla y poner luces, pero luego no queda ninguna duda de los planes de la cooperativa:
”Los planes para el futuro es tener nuestras viviendas porque es lo que más deseamos… para vivir dignamente”, concluye Darling.