La comunidad Fronterizo 10 de Mayo en la región Ixcán en el norte de Guatemala es un lugar remoto. Después de dos horas de terracería y traslado en canoa, la comunidad se encuentra a unos pasos de la frontera con Mexico.
Aquí las mujeres cultivan sus propios alimentos. Felipa López Mazariegos — quien recibió a los diputados — tiene cultivos de maíz, frijoles, calabaza, cebolla, espinaca, piña, y un sinfín de varias hierbas. Pero cuando llegaron los huracanes ETA y IOTA a finales de 2020 se llevaron la mayoría de los cultivos en la comunidad.

Felipa dio a los parlamentarios suecos un recorrido por su parcela, explicando los impactos negativos que tiene el cambio climático sobre su comunidad. Comentó que por el paso de ETA y IOTA perdió toda su cosecha, dejando la familia en inseguridad alimentaria y económica.
“Destruyeron todo lo que habíamos sembrado. Allá teníamos nuestro maíz y frijol, y de ellos vivimos. El agua se llevó todo, no pudimos cosechar nada”, cuenta Felipa.
Pero también explicó que — con el apoyo de We Effect — ella y sus compañeras han podido recuperar sus cultivos y medios de vida. Entre otras actividades han recibido capacitaciones en agroecología y adaptación al cambio climático para hacer sus cultivos más resilientes.
«Gracias a We Effect y Mamá Maquín hemos logrado salir adelante y tengo comida para alimentar a mis hijos», dice Felipa.