Este proyecto, apoyado por We Effect, representa un avance significativo en el reconocimiento y la regulación de los derechos de las trabajadoras domésticas.
Históricamente, el trabajo doméstico remunerado ha sido realizado en condiciones de informalidad y anonimato. Las trabajadoras domésticas, en su mayoría mujeres, han enfrentado precariedad laboral, falta de reconocimiento y vulnerabilidad económica. A menudo, estas trabajadoras no conocen los derechos que les asisten, y sus empleadores tampoco son conscientes o no respetan dichos derechos.
Eda Luna, Coordinadora técnica de la Red de Trabajadoras Domésticas de Honduras relata: «Para nosotras significa mucho, lo vemos como un proyecto de transformación en la vida de las mujeres que hacemos trabajo doméstico remunerado. Hemos venido realizando este trabajo de manera informal en el anonimato, porque casi siempre el empleador sabe quién es la trabajadora doméstica, pero la trabajadora no sabe para quién está trabajando.»
We Effect ha brindado un apoyo esencial en la formación y el fortalecimiento de habilidades y capacidades de las trabajadoras domésticas. Este acompañamiento ha sido crucial para que estas mujeres puedan ofrecer sus servicios de manera profesional y digna. «Con esta relación entre We Effect y la Red de Trabajadoras Domésticas de Honduras, se busca constituir la primera cooperativa de cuidados remunerados no solo en Honduras, sino también a nivel de Centroamérica,» explica Eda Luna.
La formación en derechos laborales y humanos, así como en temas de violencia, ha sido un componente fundamental de este proceso. La cooperativa permitirá que las trabajadoras domésticas accedan a contratos por escrito, regulación de derechos, y mecanismos de vigilancia y cumplimiento, mejorando significativamente sus condiciones laborales.
Los Principios del Cooperativismo en Acción
La constitución de esta cooperativa es un claro ejemplo de cómo los principios del cooperativismo pueden generar un impacto positivo en la sociedad. La membresía abierta y voluntaria, el control democrático de los miembros, la participación económica y la autonomía son valores que se reflejan en cada paso de este proyecto.
Además, la cooperativa promueve la educación y formación continua de sus integrantes, fortaleciendo sus habilidades y capacidades. «No solo buscamos una mayor remuneración, sino también la certificación y profesionalización de nuestras actividades,» señala Eda Luna. Este enfoque no solo mejora las condiciones salariales, sino que también aspira a garantizar el acceso a la seguridad social en el futuro.
Un Llamado a la Acción y el Reconocimiento
Este proyecto también busca incidir en la percepción social del trabajo doméstico. A través de campañas y estrategias de comunicación, la cooperativa aspira a obtener el reconocimiento social y económico que estas trabajadoras merecen. «Queremos transformar las condiciones en el tema del salario y lograr el reconocimiento social de parte de los empleadores,» añade Eda Luna.
En este Día Internacional del Cooperativismo, hacemos un llamado a todos los sectores de la sociedad para que apoyen y promuevan el cooperativismo como un modelo de desarrollo inclusivo y sostenible. Las cooperativas no solo fortalecen la economía local, sino que también promueven la equidad, la justicia social y el empoderamiento de sus miembros.
Apoyemos la creación y el fortalecimiento de cooperativas en todas las áreas, especialmente aquellas que trabajan en condiciones de vulnerabilidad. Juntas y juntos, podemos construir un futuro más justo y equitativo para todas las personas.
La primera cooperativa de trabajadoras domésticas remuneradas de Centroamérica es un faro de esperanza y un modelo a seguir, esta iniciativa no solo mejorará las condiciones de vida de muchas mujeres, sino que también establece un precedente importante en la lucha por los derechos laborales en la región.