“Soy parte de la herencia que nos han dejado nuestros abuelos, de las tierras que nos dejaron para que podamos seguir cultivándonos en el tema del café. Pero mi historia también nace de la necesidad y la injusticia de los malos precios aquí en el pueblo”, cuenta Esdras Cumes.
Se quita el sombrero para limpiar el sudor de su frente. Esdras, 33, es un caficultor de tercera generación de San Lucas Tolimán, en el oeste de Guatemala. Aquí, a orillas del Lago Atitlán, la gente siempre ha cultivado café. En las faldas del volcán Tolimán, se encuentran las parcelas de café, y muchas son las familias que tienen una a su nombre. El caso de Esdras no es una excepción. Su padre era cafetero, su abuelo también, y de niño Esdras pasaba todos los días en los cultivos.
Los caficultores no se han beneficiado del aumento de valor
Históricamente, los caficultores de esta zona han vendido el café inmediatamente después de la cosecha. Intermediarios han comprado los frutos rojos y luego los han revendido a un precio más alto en la siguiente etapa de la cadena de valor. Esto ha sido un gran obstáculo para el desarrollo económico de los caficultores, ya que no han podido participar en el aumento del valor.
Pero ahora que les toca a Esdras y a otros jóvenes cafeteros llevar el negocio, han optado por tomar un camino diferente. Han creado una cooperativa para mejorar las condiciones y oportunidades económicas de sus miembros, y uno de los aspectos más importantes ha sido tomar el control de más eslabones de la cadena de valor.
Con el apoyo de We Effect, la cooperativa ahora controla todo el proceso
La falta de formación y recursos ha hecho que los caficultores tuvieran que dejar gran parte de la producción en manos de otros. Pero con el apoyo de We Effect, la cooperativa ahora ha logrado tomar mayor control del proceso.
El año pasado se compró un beneficio de café que les ayuda a clasificar, limpiar y lavar los granos y hace poco se adquirió también un tostador. La cooperativa, además, ha creado un vivero y una instalación de secado. Incluso han abierto una cafetería en el pueblo donde preparan su propio café. Es decir, en pocos años, la cooperativa ha logrado hacerse responsable de toda la producción de café.
“Nos cansamos de ser parte del problema de los precios injustos que existe en nuestro pueblo. Por tal razón nos unimos para hacer realidad de la cooperativa y formar parte de la solución en vez del problema. Gracias al apoyo de We Effect, se ha hecho realidad ese sueño”, dice Esdras.
La cooperativa Tinamit Tolimán actualmente cuenta con 25 miembros de diferentes edades. Esdras acaba de ceder la presidencia, pero sigue siendo impulsor del desarrollo de la cooperativa. Para él, el trabajo de la cooperativa significa mucho:
“Para mí, el café significa desarrollo aquí en la comunidad y una oportunidad de dar a conocer lo bueno que tiene mi pueblo”.