«Un sueño cumplido»
Fecha
2019-05-29EL SALVADOR. Esta es una historia de vida elaborada por FUNDASAL. Fue publicada en San Salvador en diciembre 2017.
De 74 años de edad, cabello completamente cano, morena… con mirada cansada pero serena y observando siempre con esperanza, vendedora de dulces, galletas, cigarros, quien desde el año 2003 dio sus primeros pasos en el Cooperativismo impulsada y motivada por FUNDASAL a través de su primer asesor, el Profesor Elvin Cortéz, quien manejaba dos grupos de talleres con aspirantes a cooperativistas, uno por la mañana ACOVIHSAL en el Zurita y otro por la tarde ACOVIVAMSE en la 10ª Avenida Sur, en un mesón, donde ella vivió 48 años de su vida.
Doña Ana asistía al grupo de la tarde el cual llegó a tener 114 integrantes no “asociados” todavía, pero si “allegados”, de los cuales habían algunas personas que “no tuvieron fe”, sin embargo, Doña Ana fue de las personas que perseveraron hasta lograr la legalización de la Cooperativa de Vivienda por Ayuda Mutua, ACOVIVAMSE el 22 de julio de 2008, para esa fecha, Doña Ana se destacó como Vicepresidenta del Consejo de Administración.
Se pasa la tarde soleada y calurosa, y Doña Ana sigue contando su historia con entusiasmo, ella cuenta que por su incansable ánimo de aprender más del Cooperativismo, estuvo formándose con FUNDASAL, en la Escuela de Formación Ciudadana – ESFORCI, formó parte del Asociación de Pobladores de Comunidades y Barrios Urbanos de El Salvador -MAPUS y de la Comisión Nacional de Pobladores- CONAPO, fue de las primeras mujeres que formaron parte de FESCOVAM. En el año 2009, ella junto al Consejo de Administración, se apoyaron en FUNDASAL a través de Don Edín Martínez, para hablar sobre un terreno en el que su Cooperativa estaba Ahora Doña Ana se siente con más fuerza, no solo individualmente, sino dentro de su grupo cooperativista, al cual ella se siente orgullosa de pertenecer, ya que constantemente expresa: “mi cooperativa”, “somos unidos, porque aquí si a alguien le duele algo, tenemos que ver todos. Por ejemplo aquí hay personas que nosotros como asamblea apoyamos a la gente que no puede; por ejemplo hay una persona que le ha ido muy mal y nosotros como asamblea lo apoyamos para que el siga adelante porque él no quiere irse de aquí, entonces nosotros como asamblea le damos un apoyo, porque unos a otros nos tenemos que dar apoyo”.
En cuanto al diseño participativo del edificio, dice Doña Ana, que ella no se imaginó, lo bonito que iba a quedar, “es que fíjese que nosotros, FUNDASAL nos dio el diseño en pantalla, entonces como iba a hacer este diseño, pero nosotros tuvimos capacitación con la arquitecta Yanira, ella nos enseñó, aunque aún nosotros sabemos cuántos metros tiene de hondo la fundación, nosotros no tenemos miedo de que un temblor nos vaya a caer encima, uno siempre siente su miedito pero aquí ha temblado y yo acostada, yo no me levanto!”. Doña Ana expresa que cualquier cambio que se quiera hacer en el edificio se debe de hacer la consulta en las asambleas de la Cooperativa y que todo lo planteado en las reuniones queda documentado en “acta”.
Ella se siente feliz, pues dice que las relaciones de la cooperativa con el Barrio San Esteban son muy buenas, las personas del barrio se sorprenden al ver una cooperativa tan bien organizada y el logro de ellos de haber construido, con “Ayuda Mutua” un edificio de viviendas. “La gente hay veces cuando uno abre el zaguán dicen: ¡qué bonito como viven! En su mente creen que aquí vive gente con dinero”, expresa con entusiasmo. Este es el resultado que se ha experimentado después de unir sueños, ideales y fuerzas colectivas en la búsqueda de un propósito común, no importando edades, ni sexo, ni creencias religiosas.
Al estar dentro del complejo habitacional, se respira serenidad y tranquilidad, cada quien en sus viviendas y algunas personas en los senderos y niños jugando, Doña Ana se ve muy a gusto en su casa y continúa platicando sobre la relación que existe entre las cooperativas: “somos unidas porque ya viene la ayuda mutua, ya van a trabajar y tenemos que ayudarles, así como a nosotros nos vinieron a ayudar las otras cooperativas, así nosotros tenemos que recompensar esa ayuda que nos hicieron acá”.
Doña Ana, sigue inmersa en el compromiso de lo que es pertenecer y ser parte importante del trabajo comunitario, ella desea retribuir la ayuda mutua, dándoles colaboración a otras cooperativas, formadas después de ACOVIVAMSE pero siempre dentro del Centro Histórico. Estas cooperativas están en la fase de lucha por la adquisición de los terrenos, para posteriormente empezar la construcción, y este proyecto se vuelve parte también de las cooperativas que ya cuentan con su vivienda construida, es decir, el trabajo no termina, sino que continúa.
“ACOVIVAMSE es un pilar para las demás cooperativas, ACOVICHSS es otro pilar, porque ACOVIVAMSE le está dando a demostrar a las otras cooperativas como es el cooperativismo, qué son las gestiones, aprendiendo para que esta gente sepa que nosotros no solo hemos entrado a este proyecto solo por entrar, aquí hemos aprendido y yo le agradezco a FUNDASAL porque me ha enseñado a dirigirme hacia los medios de comunicación. A mí no me -achican-14 los medios de comunicación, si a mí me preguntan que es el cooperativismo yo se los digo y se los explico bien, cómo empezamos, desde cuando estamos. Yo le agradezco cuando estaba Edín Martínez porque ese señor, nosotros fuimos delegados como de 150 personas de todos los departamentos: Verapaz15, de todos los departamentos vinieron a hacernos un grupo para poder formar la ley de vivienda en CONAPO”. Con estas palabras Doña Ana deja ver que sabe bien la metodología de las Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua y que ha aprendido a ser líder, a expresar sus ideas, a exponer sus necesidades y representar a un grupo de pobladores que se han atrevido a dirigirse a los Gobiernos locales y Gobierno Central y buscar concertación y acuerdos en beneficio de conseguir posibilidades para lograr un hábitat justo.
Este fue un resultado que marcó un momento importante no solo en la vida de Doña Ana y de ACOVIVAMSE, sino que marcó un cambio en la historia de la vivienda en El Salvador, pues constituye la realización de un sueño colectivo que impulsó el interés en las personas en expresarse en grupo para lograr incidir en las políticas públicas.
La entrevistada, se siente agradecida, feliz y como una reina al vivir en ACOVIVAMSE. Por lo que le pregunte: ¿Entonces se siente satisfecha con su vivienda?, a lo que ella respondió: “Si y también agradecida principalmente con Dios y después con FUNDASAL”.
Por: Astrid Chang, Fundasal, El Salvador.