Los asesinos de Berta son sentenciados a largas penas de prisión

Los siete hombres que anteriormente fueron declarados culpables del asesinato de Berta Cáceres han sido condenados a largas penas de prisión.

Berta Cáceres fue una de las líderesas más importantes en derechos indígenas, temas ambientales y derechos humanos en Honduras. Como fundadora y coordinadora del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (Copinh), una de las organizaciones socias de We Effect en el país, Berta Cáceres defendió los derechos y el territorio de los Lenca en contra de proyectos energéticos como la construcción de represas y minas. Berta, quien fue perseguida por años y recibió varias amenazas a muerte, fue brutalmente asesinada en su casa el 3 de marzo de 2016.

En noviembre de 2018, el proceso judicial declaró culpables del asesinato a siete hombres. El 2 de diciembre de este año, se anunció la sentencia para todos los condenados.

Los cuatro hombres identificados como los sicarios fueron condenados a 34 años de prisión cada uno. Dos hombres, que tenían vínculos con la empresa que estaba construyendo la represa contra la que trabajaba Berta Cáceres, fueron condenados a 30 años de prisión por ayudar a organizar el asesinato. Un ex mayor del ejército hondureño también fue sentenciado a 30 años.

“Es bueno que los actores sean condenados, pero mientras aquellos que han ordenado el asesinato estén libres, todavía hay luz verde para las amenazas y la persecución de los y las defensoras y ambientalistas. La justicia se trata de juzgar a los perpetradores, pero también de proteger a quienes luchan por defender los derechos humanos y el medio ambiente”, dice Anna Tibblin, secretaria general de We Effect.

La familia de Berta Cáceres y el Copinh continúan luchando por la justicia. En una declaración después de la sentencia, escriben:

La impunidad no termina con la sentencia a los autores materiales. Existen pruebas suficientes para procesar y sancionar a integrantes de la familia Atala (considerados los actores intelectuales) y otros por el asesinato de Berta Cáceres

Por

Liinu Diaz Rämö