El teatro popular como símbolo de resistencia para las mujeres

En Honduras se han usado varias herramientas para lograr el empoderamiento de las mujeres rurales en el marco del proyecto “Construyendo ciudadanía y empoderamiento integral para la mujer lenca y garífuna de Honduras”. Una de ellas es el teatro popular.

Para integrar y empoderar a mujeres jóvenes campesinas pertenecientes al Consejo para el Desarrollo Integral de la Mujer Campesina (CODIMCA) en Santa Bárbara, la organización We Effect apoyó la propuesta de desarrollar actividades mediante el arte para la expresión de sus realidades, necesidades  y deseos. Para esto, CODIMCA que busca el mejoramiento de las comunidades desde las voces y realidades de las mujeres campesinas, utilizó la técnica Teatro de la Oprimida.

Tres días de trabajo resultaron en el análisis de las opresiones y relaciones de poder que terminó en el producto final que fue presentado a invitadas especiales que integran el comité y familias de las participantes de la puesta en escena.

Una obra basada en la realidad

La obra de teatro titulada «Mujer somos libertad» tuvo la participación de dieciocho jóvenes. Representaron cómo una mujer joven, en la necesidad de ayudar a su familia, busca empleo y cuando lo encuentra, es explotada. La mujer, al ser explotada reclama y dice: «ya basta», y por este motivo es despedida. Es ahí cuando ante la necesidad es inducida a ingresar a grupos criminales. Al final, la obra termina con un mensaje de liberación para las mujeres.

«El trabajo que hicimos  se adaptó más en mí, el papel que hice yo, lo sufrió mi mamá en la vida real, porque cuando ella llegaba a nuestra casa nos contaba cómo era tratada y pues nosotros no podíamos hacer nada con mi hermano», expresó Keren Daniela Corea Sorto, una de las actrices, al finalizar la obra.

El proceso del taller de teatro comenzó organizando a las participantes que en dos grupos realizaron diferentes obras como ensayo para familiarizarse con el teatro. Compartir sus vivencias fue punto de partida para crear la obra final.

«El taller de teatro me pareció excelente, no ha sido teórico, al contrario todo ha sido práctico, yo nunca había estado en una obra y cuando me enteré yo dije que quería estar y es bonito por el hecho de interactuar», comentó  Keyli Ponce perteneciente al grupo Siempre Vivas, un grupo de artesanas de la zona.

«El teatro es una herramienta para expresar lo que sentimos,  después de esto tenemos una herramientas que nos facilitarán ayudar a nuestras compañeras para que sea más fácil que digan lo que sienten», finalizó Ponce.

Reflexiones sobre la realidad

En el taller, las participantes se vincularon con técnicas que las ayudaron a reflexionar sobre los riesgos que enfrentan cotidianamente las mujeres hondureñas y qué pueden hacer para protegerse.

Marcela fue una de las participantes, ella agregó que «nuestra voz no es escuchada y sufrimos abusos como acoso. No pueden ver a una mujer de vestido corto y ya la quieren tocar, por esto debemos proteger nuestro territorio cuerpo mediante el cuidado para después cuidar el territorio tierra».

En este proceso, We Effect acompañó a CODIMCA, trabajando con mujeres jóvenes de diferentes capacidades, dejando un documento del proceso realizado en todo el taller que servirá como herramienta guía y así promover la participación de las mujeres, su voz y proyectos de vida, a pesar de la realidad de violencia y empobrecimiento que vive el departamento de Santa Bárbara.

«Las mujeres jóvenes están atravesando un contexto de violencia y empobrecimiento en este momento, Santa Bárbara es un territorio bastante importante digamos, en relación a las mujeres jóvenes por los femicidios, redes de trata que hay en la zona por lo se ha  desbordado la violencia contra la mujer», manifestó Sara Avilés, coordinadora del proyecto.

El arte lleva a soluciones

La apreciación de las jóvenes participantes ante el taller fue darse cuenta que a través del arte —específicamente el teatro— pueden ayudar a otras mujeres como ellas: mujeres jóvenes que sufren diferentes tipos de violencia.

La instructora de Teatro de las Oprimidas, Jennifer Marshall, mencionó que  las condiciones sociales permiten que las mujeres se unan y vean que no solo una mujer sufre los diferentes tipos de violencia, sino toda. Así se va deconstruyendo el rol y las ataduras de la sociedad, para tomar conciencia que algo construido siempre se puede reconstruir mejor, distinto.

El teatro se convierte en un espacio para dar voz a estas mujeres que utilizan la palabra y el cuerpo como herramientas para denunciar las violencias de las que son víctimas. Marshall entiende que las mujeres deben utilizar todos sus sentidos para comprender el lenguaje, el ritmo y la intensidad de las obras que crean.

Al ser finalizada la obra, se inició el foro de cómo poder cambiar la situación presentada en la obra. Aquí fueron partícipes las personas invitadas que dieron su opinión y fueron parte de la obra dando un giro a la trama. De esta forma el mensaje llegara a más mujeres para que alcen la voz y no permitan ningún tipo de abuso.

Una experiencia que se replicará

El teatro foro se continuará en otras partes del país, como en Intibucá y otros departamentos. Siempre de la mano de CODIMCA y We Effect. Así más mujeres, a través del teatro de las oprimidas, pueden ir desenvolviéndose y alzando su voz ante la violencia, la desigualdad y la discriminación vivida en sus comunidades.

La experiencia del teatro foro que se desarrolló con las mujeres de Santa Bárbara es una apuesta que CODIMCA está haciendo para que otras mujeres tengan la experiencia liberadora del arte como símbolo de libertad en sus vidas, no es la única forma, es solo parte del abanico de posibilidades que las mujeres hondureñas tienen para contar sus historias y reinterpretarse en colectivo.

Esta actividad se hizo en el marco del proyecto “Construyendo ciudadanía y empoderamiento integral para la mujer lenca y garífuna de Honduras”. El proyecto es ejecutado por CEM-H, CODIMCA, TRIAS, ACI-participa, We Effect, con fondos de la Unión Europea. Su objetivo es el empoderamiento económico integral y la participación ciudadana de las mujeres lencas y garífunas, como agentes de desarrollo y titulares de derechos económicos, sociales, culturales y ambientales.

Por

Catherine Calderón, editado por Liinu Diaz Rämö