Día Internacional de la mujer indígena

Cooperativa Madre Tierra. Foto: Jesper Klemedsson.

En conmemoración del Día Internacional de la mujer indígena, el 5 de septiembre, We Effect tuvo el agrado de conversar con Sandra Xinico Batz, una joven maya Kakchiquel originaria de Patzún en Guatemala.

Hace algunos años comenzó su trabajo de opinión, debatiendo asuntos de racismo, clasismo, sexismo e identidad. Con el don de la palabra Sandra pone la lupa sobre el racismo y sexismo que caracterizan a la sociedad guatemalteca y las múltiples formas de discriminación que tienen como resultado. Se ha convertido en una fuerte voz en el cuestionamiento del sistema económico y social que afecta las vidas de jóvenes, mujeres y hombres indígenas del país.

Sandra ¿Cómo fue qué empezaste a hablar sobre esto?

“Yo crecí en un entorno comunitario, donde aprendí otra forma de vivir. Pero para educarme tuve que migrar y dejar mi comunidad. Cuando tenía 15 años buscaba insertarme a la ladinización. Muchas optamos por camuflarnos, a ceder nuestra identidad indígena, y optar por otra. Dejar mi identidad fue una forma de resguardarme del racismo de nuestra sociedad.

Pero en un momento de mi vida me empecé a dar cuenta de que tenía más acercamiento con mi historia. Me di cuenta de que el sistema había decidido lo que yo había vivido. En realidad, era una imposición. Yo había seguido al sistema que buscaba quitarme mi identidad. Ya conociendo nuestro contexto e identidad decidí cambiarlo y reconocer mi identidad. Fue todo un proceso de mi vida, pero tuve que pasar por el despojo.

Esto es algo que es común en nuestras comunidades. Este entorno lo exige. Como cambiarnos el apellido, dejar nuestra indumentaria. Claro que hay mucha gente que sí resiste, pero ha costado toda una lucha.

Me ha tomado muchos años de perderme, y encontrarme de nuevo. Es un proceso que no ha terminado. Es un proceso que sigue.”

Hoy es el día internacional de la mujer indígena ¿por qué es un día importante?

“La mayor parte de los días que celebramos globalmente surgen desde una situación de desigualdad. Los grupos que son conmemorados son grupos que, por diversas razones, no tienen valor. Yo considero que estos días nos permiten posicionar nuestros cuestionamientos en el ambiente público. Nos da la oportunidad de reflexionar y lograr comprender por qué estamos hablando sobre esto.

En el día de la mujer indígena podemos pensar en que los últimos 500 años tenemos una situación de racismo, sexismo y discriminación que determina las posibilidades que vamos a tener como mujeres indígenas. Podemos hablar sobre como el racismo y el machismo persisten, y como están matando la vida de las mujeres, de manera cruel y violenta, y de manera comunitaria.

Es un día en el que podemos reflexionar sobre cómo estamos en la relación entre hombres y mujeres, pero también entre mujeres indígenas y no indígenas. Porque la realidad es que lo que producen nuestros cuerpos, y/o nuestra intelectualidad, está desvalorizado, es lo más bajo de la sociedad. Por eso seguimos hablando de la necesidad de que se nos dé un valor histórico. Entonces este día también es importante para posicionar la existencia de las mujeres indígenas y darle ese valor histórico que se nos ha quitado.”

Hablando del valor de las mujeres indígenas y sus realidades, ¿cuál es el rol de las mujeres indígenas en Guatemala?

“En Guatemala el reto fundamental de las mujeres indígenas es tener una vida digna. Nuestra construcción como mujeres mayas no debería costarnos la vida. Pero en el entorno en el que vivimos el enfoque es sobrevivir. La cuestión cultural sigue determinando nuestras oportunidades, y de hecho no hay oportunidades.

En esta sociedad machista y racista la mujer indígena está sometida a la servidumbre. No tenemos la posibilidad de decidir sobre nuestros cuerpos. Si vemos a quien se le asigna el trabajo de cuidado, “quienes han tenido este rol históricamente en nuestra sociedad, en los hogares donde las mujeres tienen libertad económica, en el caso de Guatemala, es siempre una mujer indígena. Las mujeres estamos designadas al rol de la reproducción, al cuidado de todos.

Tenemos que romper con estas ideas para que haya un cambio.”

¿Y cómo crees que podemos lograr ese cambio?

“Ya lo estamos haciendo. Estamos creando conocimiento, y reconocimiento del aporte de las mujeres mayas. Las mujeres son las que han luchado para que permanezca nuestra cultura, cosmovisión e ideología. Muchos hombres, por ejemplo, ya no visten en su indumentaria, pero las mujeres sí, ellas resisten.

La historia de la colonización nos determinó a muchas cosas, a partir de generar herramientas de conocimiento, decidir lo que pensamos. Para romper con esto tenemos que generar nuevos procesos de educación, no solamente en el ámbito educacional tradicional, e ir deconstruyendo lo que hemos aprendido.

El nuevo conocimiento que generamos tenemos que compartirlo con las demás. Es importante hermanarnos entre pueblos, pero también ver como tenemos privilegios, cómo seguimos entendiendo la cultura, la realidad, y que nos son las mismas para todas. Hay algunas realidades oprimidas por el racismo. Hay algunas vidas con menos valor. Tenemos que ver esas prácticas discriminatorias y romper con estereotipos y falsedades que generan desigualdades. Estamos constantemente en este proceso. Estamos contrarrestando no solamente el machismo y el patriarcado, también el racismo.

“Yo quiero, a través de mi labor, facilitar herramientas, para causar reacciones y motivar a, principalmente, más mujeres jóvenes que problematicen nuestra posición.”

Finalmente ¿qué mensaje quisieras darles a las mujeres indígenas de América Latina en este día?

“Somos la herencia de la lucha de muchas personas, principalmente de muchas mujeres, de nuestras ancestras. Luchas que han sido fundamentales. Nuestros territorios fueron invadidos y los primeros despojos que se dieron fueron a los cuerpos de nuestras antepasadas.

Estamos aquí porque ha habido gente que ha resistido, que ha seguido innovando, experime”ntando y luchando. Las mujeres que descendemos de ellas, nuestra lucha es de vida.

Nuestros pueblos han dado aportes fundamentales y como mujeres hemos sido esenciales en la lucha para que nuestras formas de vida sigan. Hemos priorizado el entorno, sabemos que el planeta no está a nuestro servicio, somos parte de ello.

Las mujeres somos principalmente las que estamos manteniendo las luchas, lo hacemos “comunitariamente, estamos ahí. En la cotidianidad estamos cambiando las cosas. Estamos construyendo procesos diferentes para las que están creciendo. Necesitamos seguir reivindicando los procesos, porque queremos una vida decente para nuestros descendientes.

Oponernos a este sistema despojador y destructor es posible porque ya lo estamos haciendo.”

Cada año, el 5 de septiembre, se conmemora el Día Internacional de la Mujer Indígena, en honor a la lideresa aymara Bartolina Sisa, quien fue asesinada el 5 de septiembre de 1782. Bartolina Sisa nació el 12 de agosto de 1753 en el Cantón de Caracato del Ayllu, en La Paz, Bolivia. Poseía una gran fuerza e inteligencia que la llevó a comandar varios grupos de quechuas y aymaras contra los realistas. En 1983 se instituyó el 5 de septiembre como el Día Internacional de la Mujer Indígena y en este día se recuerda a Bartolina por sus luchas a favor de las mujeres y hombres indígenas.

Por

Liinu Diaz Rämö