Debemos defender a las mujeres del campo

En el Día internacional de la Mujer Rural, We Effect y LRF (la Asociación de Agricultores de Suecia) escriben en el periódico de agricultores de Suecia, ATL.

Alrededor del mundo, más y más agricultores están siendo amenazados y perseguidos. La razón es el conflicto sobre la tierra y los recursos naturales. Los pequeños agricultores que cultivan para su propia supervivencia a menudo se estancan. Las mujeres son las más vulneradas. Queremos visibilizar esto en el Día de la Mujer Rural el 15 de octubre.

Probablemente los datos no registrados son grandes. Los agricultores que trabajan en pequeña escala son perseguidos y asesinados, pero las estadísticas no siempre lo captura. Estas son personas con las que We Effect trabaja a diario. Agricultores “ordinarios” que ahora son amenazados y asesinados porque defienden el derecho a usar un pedazo de tierra para mantenerse a sí mismos y a sus familias. El desarrollo es devastador y los desafíos son claramente evidentes en el trabajo de We Effect.

Los y las  agricultoras de pequeña escala representan el 50 por ciento de la producción mundial de alimentos. Ser agricultor en un país en vía de desarrollo es un trabajo realmente difícil, y las mujeres hacen la mayor parte del trabajo.

En los países pobres, las mujeres a menudo tienen la responsabilidad principal del hogar, la familia y el cultivo de los alimentos. Trabajan largos días y manejan la agricultura con herramientas manuales bajo el sol tostador. Transportan agua a largas distancias y recogen leña para que la comida se pueda cocinar a fuego abierto.

¿Es suficiente el dinero para pagar la matrícula escolar? ¿Habrá comida en la mesa la próxima semana? ¿Al día siguiente? Para millones de mujeres en áreas rurales, las preocupaciones se incrementan por las dificultades de planificar y atreverse a invertir en el futuro, ya que la mayoría no tiene acceso seguro a sus tierras. Muchas carecen de evidencias formales de que poseen o tienen derecho a la tierra, a pesar de que la igualdad de oportunidades para poseer y controlar la tierra es un derecho en virtud de varias convenciones internacionales.

Por ejemplo, la pobreza en varios países de América Latina está aumentando. Una de las razones más fundamentales para esto son los conflictos por la tierra. Los y las agricultoras y los pueblos indígenas se han visto afectados por la búsqueda de minerales, tierras cultivables y energía por parte de fuerzas nacionales y extranjeras.

Solo en 2018, 321 defensores de los derechos humanos fueron asesinados en el mundo. De estos, dos de cada tres vivían en América Latina y la mayoría defendían su derecho a la tierra y otros recursos naturales. En América Latina, un agricultor ya no puede ser simplemente un agricultor.

Los y las agricultoras de otros países en vía de desarrollo enfrentan desafíos similares. Están tratando de hacer frente a la vida cotidiana en países caracterizados por instituciones democráticas débiles, estructuras patriarcales e inversiones irresponsables de las empresas en la industria extractiva, el sector energético y la industria agrícola a gran escala.

Suecia puede marcar la diferencia, tanto con su propia cooperación al desarrollo como a través del trabajo de organizaciones como la UE y la ONU.

  • Priorizar la cooperación hacia la igualdad de género y las organizaciones de mujeres que trabajan con el desarrollo rural para fortalecer el empoderamiento económico, social y político de las mujeres.
  • Priorizar la cooperación a las organizaciones de la sociedad civil que trabajan para un uso más justo y acceso a la tierra.
  • Priorizar el tema de la tierra en la cooperación internacional y en diálogo con otros países para eliminar las barreras legales, sociales y culturales para que las mujeres y los hombres puedan controlar o poseer tierras.

Lotta Folkesson, miembro de la Junta directiva de LRF (la Asociación de Agricultores de Suecia)

Anna Tibblin, Secretaria General de We Effect