Tejiendo reconciliación y solidaridad en los telares de Artesapaz

Maniobrando los hilos sobre el telar, Nini de las Mercedes Cárdenas Moreno sueña con una Colombia que deje el pasado atrás y mire hacia adelante con reconciliación y solidaridad.

Bajo el ardiente sol caribeño de Colombia, Nini mueve las manos con destreza particular, dirigiendo una danza de hilos de colores sobre el telar. Mientras trabaja, cuenta que aprendió a tejer cuando niña, una herencia cultural que pasa de generación en generación desde que la cultura Zenú, originaria ancestral del continente americano y del pueblo que hoy se conoce como San Jacinto, habitó estas tierras. Los tejidos son oficio y medio de vida, especialmente para las mujeres de esta región, artistas y artesanas de talento indescriptible.

Las cooperativas, una solución económica en el camino hacia la paz

Como Nini, otras 14 mujeres y siete hombres dedican su tiempo al tejido de hamacas, mochilas, sandalias y vestidos, ocupación que les agrupa en la Cooperativa Multiactiva para el Desarrollo Integral de los Montes de María – COOMULDIM, que junto a otras 13 cooperativas en distintas cadenas de valor conforma FEDECARIBE, el brazo caribeño de ECOMUN, un esfuerzo cooperativo de grupos de población  desmovilizada para la construcción de la paz.

A Nini, este oficio le genera ingresos al mismo tiempo que participa activamente en la reconstrucción del tejido social en Colombia. Para ella desarrollar otra actividad sería complejo pues padece una discapacidad en una pierna desde que, estando en filas, sobrevivió a un ataque armado donde 25 compañeros suyos perdieron la vida. “Hacer mi oficio sentada junto al telar me permite producir y generar ingresos para mi hogar”, relata.

Tras 12 años en filas, Nini firmó el Acuerdo de Paz con la convicción de que a Colombia le sobran motivos para la unificación de su población. “Somos todos colombianos, son más cosas las que nos unen que las que nos separan”, reflexiona.

Antes de pertenecer a la cooperativa, Nini, como sus demás compañeros/as de oficio, se hallaban algo desamparados por la lentitud con la que el Acuerdo de Paz se hacía realidad en la población reincorporada. “Nos acompañamos en este camino para vencer la estigmatización y ganarnos la vida de manera solidaria”, afirma.

We Effect y la apuesta por las cooperativas como garantía de paz

Desde 2018, We Effect en Colombia acompaña este camino hacia la reincorporación y la paz con el decidido apoyo y recursos de la Embajada de Suecia para fortalecer las cooperativas y otras formas asociativas de la población en proceso de reincorporación en los territorios, como ejecutoras de la economía social y solidaria. Asegurar estas formas alternativas de la economía local requiere grandes esfuerzos. “Quisiéramos crecer y consolidar nuestra marca Artesapaz…tener un taller como espacio cultural y artesanal donde vender nuestros productos de manera directa para evitar intermediarios que pagan poco”, dice Nini entusiasmada.

De la mano de We Effect, COOMULDIM apunta al fortalecimiento de la producción con capacitaciones en diseño y comercialización para luego abrir un centro cultural y una tienda virtual que permita mostrar el arte Zenú a toda Colombia y el mundo.

Maniobrando los hilos sobre el telar, Nini de las Mercedes Cárdenas Moreno sueña con una Colombia que deje el pasado atrás y mire hacia adelante con reconciliación y solidaridad. Como ella, las y los artesanos de COOMULDIM, en San Jacinto, tejen día tras día los hilos de la paz, con la ilusión de ejercer sus derechos y alcanzar estabilidad en este caluroso paraíso cerca al mar.