Mi pequeña granja es mi seguridad alimentaria y la de mi familia.

Estoy muy contenta, mi familia y yo ahora comemos mejor, antes no teníamos garantizada la comida y tenía que ver que hacía para alimentar a mis hijos.

Cecilia Se levanta a las 5:30 de la mañana, prepara el desayuno para sus hijos y se alista para salir y encontrarse con sus cinco compañeras en su comunidad, para luego dirigirse a su pequeña granja en Santa María Tzejá. Se turnan semanalmente para cuidar, limpiar y alimentar alrededor de 300 gallinas ponedoras; todas las mujeres aprendieron a hacer concentrado para mantener la salud de las gallinas y así garantizar una buena producción de huevos.

Mi nombre es Cecilia Tello Tomas, vivo en Santa María Tzejá, Playa grande, Quiché. Vivimos con mi familia, tengo 6 hijos, tres hombres y tres mujeres. Empecé mi emprendimiento de gallinas ponedoras hace 3 años.

“Hacemos grupos de 5 mujeres, limpiamos el corral les damos su concentrado y la producción de huevos de esa semana se reparte entre las 5 compañeras, para que tengan para venta y consumo de sus familias” nos cuenta Cecilia mientras alimenta a sus gallinas.

Cecilia es una mujer indígena campesina rural y forma parte de la Federación Integral de Comercialización de Cooperativas -FICCI-. “A través de la cooperativa donde mi esposo participa, me enteré que había un proyecto de gallinas ponedoras y así me empecé a involucrar en este emprendimiento” nos cuenta Cecilia

“Ficci nos apoyó con 42 pollos y así empecé yo, como no teniamos experiencia, nos enseñaron como cuidar y alimentar a los pollos para que no se enfermen, nos dieron varias capacitaciones”.

Hace tres años, Cecilia recibió 42 pollos para iniciar una minigranja de producción de huevos. Ahora tiene más de 400 gallinas. “Actualmente tengo un grupo de 200 gallinas, otro un poco más pequeño de 175, y otro más pequeño de 50 gallinas”. Cecilia recoge 7 cartones de huevos cada día e inició una tienda para vender los huevos en su comunidad, vende el carton de 30 huevos a 36 quetzales (USD. 4.60)

“Entrego huevos a diario, a veces las personas vienen a traer cartones a la casa o invierten en media caja y así voy distribuyendo huevos y generando mis ingresos. Estoy muy contenta, mi familia y yo ahora comemos mejor, antes no teníamos garantizada la comida y tenía que ver que hacía para alimentar a mis hijos, pasaba yo hasta dos o tres días sin comer, ahora gracias a mi pequeña granja de gallinas, no solo vendemos sino que tenemos también para nuestro consumo, comemos huevos con vegetales, sopa de pollo con vegetales y otras hierbas que cosechamos. Me siento contenta porque mi familia esta aprendiendo conmigo, todo lo que yo aprendo se los enseño también”

We Effect trabaja en comunidades de Guatemala, priorizando el derecho a la alimentación, el empoderamiento económico y el desarrollo rural sostenible de las mujeres indígenas campesinas rurales.