Olivia es una mujer q’eqchi’, que al igual que la mayoría de las mujeres campesinas e indígenas de Guatemala, no tiene acceso a la tierra. En Guatemala, solo el 8 por ciento de las tierras agrícolas están en las manos de mujeres. Y normalmente esa tierra suele ser menos productiva que la de los hombres.
Pero mujeres por toda Guatemala luchan para cambiar esto.
“Nuestra lucha es para poder comer, y para darle un mejor futuro a nuestros hijos” sigue Olivia.
El acceso a la tierra está fuertemente vinculado a la seguridad y soberanía alimentaria. La FAO estima que, si las mujeres tuvieran las mismas oportunidades y acceso a la tierra que los hombres, las cosechas aumentarían tanto, a nivel mundial, que 100-150 millones de personas no pasarían hambre.
El acceso de las mujeres a la tierra también está vinculado a la adaptación al cambio climático, la protección del medioambiente y la biodiversidad. Cuando las mujeres son propietarias de y controlan la tierra que cultivan, sus oportunidades de adaptar su agricultura al cambio climático aumentan.
“Las mujeres valoramos la tierra que cultivamos, la defendemos y la cuidamos. Queremos recuperar la madre tierra” dice Paulina, otra mujer campesina e indígena sin tierra.
El 22 de abril se celebra el día internacional de la Madre Tierra, queremos visibilizar la lucha de las mujeres por el acceso a y la defensa de la tierra.