“La sociedad del cuidado en la ruralidad: horizonte para una recuperación sostenible con igualdad de género”.

Coloquio Centroamericano
Coloquio Centroamericano
Desde el Coloquio Centroamericano entendemos el cuidado de la vida como función social y como derecho de todas las personas, porque sin cuidados no hay sociedad posible.

Más de 120 mujeres rurales organizadas de El Salvador, Honduras, Guatemala, Nicaragua, Colombia, Bolivia, Cuba y Perú, se reunieron del 26 al 28 de octubre del 2022 en Tegucigalpa, Honduras, lugar donde se llevó a cabo el Coloquio Centroamericano “La sociedad del cuidado en la ruralidad: horizonte para una recuperación sostenible con igualdad de género” de cara a la XV Conferencia Regional de la Mujer a realizarse en Argentina del 7 al 11 de noviembre 2022.

Durante dos días de valiosos intercambios entre organizaciones rurales, academia, activistas feministas, organismos de cooperación internacional e instituciones públicas de Honduras y Guatemala, analizamos los obstáculos y desafíos que tienen los países de la región, para avanzar hacia sistemas de cuidados que tomen en cuenta las necesidades y realidades de las mujeres rurales.

Coincidimos en el reconocimiento del trabajo que realizan las mujeres y las niñas rurales para garantizar no solo la alimentación de sus familias, sino el cuidado de la tierra y de los bienes comunes vitales para la sostenibilidad de la vida. La producción de alimentos, el cuidado de la mano de obra para los cultivos de agroexportación y el trabajo doméstico remunerado que se realiza en las ciudades son indispensables para el funcionamiento de la economía.

Desde las experiencias desarrolladas y compartidas por colectivos de mujeres rurales e indígenas, academia e instituciones públicas responsables del desarrollo de políticas y programas de cuidados, coincidimos en identificar entre los principales obstáculos los siguientes:

  1. El impacto que el cambio climático y los desastres socioambientales tiene en la vida de las comunidades y el incremento de la vulnerabilidad de mujeres y niñas que asumen la mayor carga del trabajo de cuidados.
  2. La falta de reconocimiento social al trabajo que realizan las mujeres y las niñas rurales, quienes deben renunciar a la satisfacción de sus necesidades básicas incluyendo la alimentación adecuada, la atención a su salud, la educación y en general, su propio bienestar.
  3. La falta de producción de información estadística que permita visibilizar y cuantificar el trabajo de cuidados que realizan mayoritariamente las mujeres y las niñas, con énfasis en la ruralidad.

Miles de mujeres rurales invierten la mayor parte de su tiempo en el trabajo de cuidar de sus familias, la huerta, los animales y sus territorios en condiciones de subordinación, explotación y no reconocimiento.

  1. La ausencia de programas que atiendan las necesidades de las mujeres rurales incluyendo centros atención a la niñez, servicios de salud que incluyan las demandas de salud sexual y reproductiva, escuelas que tomen en cuenta las necesidades de niñas y adolescentes en materia de capacitación, programas de prevención de la violencia de género, entre otras.
  2. La falta de acceso y control de las mujeres rurales a la tierra, impide el logro de su autonomía económica.
  3. La persistencia de programas que atienden solo de manera parcial las necesidades de las niñas y niños rurales, dejando por fuera las necesidades de las mujeres que cuidan a la infancia.
  4. Los sistemas de seguridad social de nuestros países, no cubren las necesidades de las mujeres rurales, indígenas y afrodescendientes.
  5. Los procesos de migración del campo a la ciudad y entre países con demasiada frecuencia exponen a las mujeres y las niñas rurales a situaciones de mayor vulnerabilidad.
  6. El impacto que la gestión de la pandemia del covida19 tiene sobre la vida de las mujeres rurales no solo ha deteriorado su salud, sino que ha incrementado la demanda de cuidados en las familias y comunidades Las mujeres rurales e indígenas autogestionaron la pandemia en condiciones de mayor precariedad.

Desde el Coloquio Centroamericano entendemos el cuidado de la vida como función social y como derecho de todas las personas, porque sin cuidados no hay sociedad posible.  Asumimos que es responsabilidad de los Estados y del conjunto de las sociedades llevar a cabo las necesarias transformaciones culturales, jurídicas y de políticas públicas para avanzar hacia la construcción de sistemas integrales de cuidados integrales y sostenibles.

A su vez, identificamos un conjunto de propuestas encaminadas a desarrollar políticas integrales que nos acerquen a la construcción de sistemas de cuidados con criterios de justicia social y de género, entre las cuales destacamos:

  1. Los Estados deben trabajar para garantizar sistemas integrales de cuidados y desarrollar indicadores que permitan visibilizar, contabilizar y retribuir el trabajo que realizan mayoritariamente las mujeres y las niñas, considerado plenamente la ruralidad.
  2. El desarrollo de políticas integrales de cuidado que incluyan las necesidades de las mujeres y las niñas rurales tomando en cuenta sus propios entornos y tradiciones.
  3. Generar y fortalecer articulaciones interinstitucionales que permitan optimizar el impacto de las políticas y programas encaminados a contribuir con los sistemas de cuidado.
  4. Procurar servicios de cuidado a mujeres y niñas rurales en condición de migración o desplazamiento forzado incluyendo la instalación de centros de acogida seguros y servicios de salud sexual y reproductiva y prevención de la violencia de género.

Las participantes en el Coloquio Centroamericano reafirmamos la importancia de reconocer, valorar y visibilizar el trabajo de cuidado como factor de cohesión social de nuestras comunidades y recordamos el papel central que le corresponde al Estado para el desarrollo de políticas públicas integrales, sostenibles y financiadas que desde un enfoque de inclusión e igualdad, garantice la redistribución de los cuidados, de las oportunidades, el bienestar para el buen vivir de todas, todes y todos.