Celina Mejía es una de las mujeres de la cooperativa. Por más de 10 años Celina ha soñado con tener su propia vivienda. Junto con otras personas, ella ha luchado para ver su sueño hecho realidad.
Hace un poco más de un año comenzó la construcción en La Palma. Juntas y juntos, las y los cooperativistas construyeron un salón comunal, donde pueden tener reuniones y otros eventos conjuntos. Durante su construcción, las personas que integran la cooperativa aprendieron a construir con materiales resistentes contra los sismos y amigables con el medio ambiente.
“Estoy muy satisfecha con todo lo que hemos logrado, este es nuestro propio proyecto. Ver los avances significa mucho para mí”, nos cuenta Celina.
El área donde se encuentran las dos cooperativas de vivienda es un área de hermosos bosques naturales. Aquí hay muchas oportunidades turísticas. Por lo tanto, las cooperativas de viviendas han construido senderos y miradores. El sueño es que lleguen turistas de la capital para disfrutar de las vistas hermosas, la naturaleza y el aire puro, mientras conocen de cerca la experiencia de vivir en una cooperativa de vivienda autogestionaria por ayuda mutua.
“Tenemos una gran riqueza aquí. La naturaleza nos permite venir a relajarnos, a llorar y reír”, dice Celina con una mirada orgullosa.