#vocesdelcorona: ¿Cómo voy a hacer después de esta crisis?”

El 12 de marzo El Salvador se convirtió en uno de los primeros países del mundo en cerrar sus fronteras, a pesar de que el país no tenía ni un caso de Covid-19 en ese momento. El cierre de fronteras fue rápidamente seguido por una cuarentena nacional, que ya lleva más de dos meses en vigencia. Al igual que la mayoría de la población en el país centroamericano, Yamileth Flamenco, de 31 años, vive del día a día. Ella no cuenta con un trabajo formal y, como resultado de la crisis del coronavirus, su esposo también ha tenido que dejar de trabajar.

«Desde que empezó la cuarentena, no he podido salir a vender mis dulces artesanales. Como madre me siento muy angustiada pues esa pequeña venta es la que sostiene la comida de mis hijos y la mía propia. Es difícil cuando tu hijo te dice: “Mamá, tengo hambre” y no tengo nada que darle», dice Yamileth.

Yamileth vive en una cooperativa de vivienda de San Salvador. Ella sabe que la cuarentena es para salvaguardar la vida de su familia, pero el encierro está golpeando fuertemente en la situación económica de la familia. En El Salvador, uno de los sectores más afectados por la crisis de la Covid-19 han sido las familias organizadas en las cooperativas de vivienda. Aquí el 73 por ciento trabaja en el sector informal de la economía y el 60 por ciento de las personas asociadas son mujeres, muchas veces de familias monoparentales.

Los efectos de la cuarentena ya se están viendo en el centro de San Salvador. En el barrio de Yamileth las banderas blancas han estado apareciendo en casa tras casa, un símbolo de que la comida se ha acabado y que las personas que viven allí necesitan ayuda.

«Yo nunca lo había vivido, la gente más mayor sí vivió la guerra. Cuando salí y vi las mantas blancas que han puesto, me dio mucha tristeza. Son sentimientos fuertes.»

Yamileth tiene una ventaja comparado con sus vecinos. Ser parte de una cooperativa le ha favorecido bastante. Como personas organizadas, asociadas a la cooperativa, juntas han logrado gestionar para recibir apoyo. Por ejemplo, obtuvieron una donación de alimentos del Ministerio de Vivienda.

«Aquí hemos formado un comité de emergencia y nos cuidamos mutuamente. Si no viviera en una cooperativa, sería mucho más difícil sobrevivir ahora. Tengo amigas en los mesones que no pertenecen a una cooperativa, y están más mal que una. Da melancolía».

Sin embargo, a pesar de la ventaja de la donación de alimentos, la comida ya se ha terminado. Ahora Yamileth y su familia dependen de la solidaridad de sus amigas y compañeras. A veces les dan algo para su hija e hijo, y de esa manera Yamileth ha podido asegurarse de que la familia se las haya arreglado hasta ahora.

Pero a Yamileth le preocupa cuánto durará la situación. ¿Cuánto tiempo puede vivir de la solidaridad de otras personas que también están en la misma situación?

«Me atrevería a decir que también me está afectando en la salud propia, pues pienso y pienso en “¿Cómo voy a hacer después de esta crisis?” Si las vidas de aquellas personas que viven del sector informal antes de esto fueron difíciles, imagine cuánto más difícil es ahora», concluye.

We Effect ha lanzado una campaña global en Twitter y Facebook para resaltar cómo las personas se ven afectadas y manejan la crisis del coronavirus. #Vocesdelcorona muestra cómo el virus y sus implicaciones afectan a las personas más vulnerables del mundo. ¡Participa tu también, para que tod@s sean escuchad@s!