La sequía – un fuerte golpe contra la agricultura familiar de El Salvador

Marta Luz Ramírez y Roque Ramírez Pérez han perdido toda su cosecha de maíz. Foto: Liinu Diaz Rämö.
Marta Luz Ramírez y Roque Ramírez Pérez han perdido toda su cosecha de maíz. Foto: Liinu Diaz Rämö.
En el oriente de El Salvador, el cambio climático ha afectado a los ciclos tradicionales de cultivo. La época de lluvias, que por lo habitual es una temporada de tierras fértiles, ha parado por completo. Las personas con las mayores pérdidas son las campesinas y campesinos. No pueden más que observar la pérdida de sus cultivos y, por lo tanto, sus ahorros.

Roque Ramírez Pérez y su hija Marta Luz Ramírez están inspeccionando sus cultivos secos. Solo los árboles frutales han sobrevivido la dura sequía que ha azotado a El Salvador. Aquí en el oriente del país, en el Bajo Lempa, no ha llovido en 55 días.
– Ya vamos para los dos meses sin lluvia, dice Roque Ramírez Pérez.

Roque y Marta nos muestran su finca familiar. Los cultivos de cebollín, chile y rábano se han convertido en ramitas secas. Igual así el cultivo de maíz, un componente importante para garantizar la alimentación y el ingreso de la familia. Todo está seco.

– Con esta milpa sobrevivíamos por seis meses. Pero ahora ni las semillas sobrevivirán, dice Roque mientras inspecciona una planta de maíz. Él continúa:

– Cuando vuelva la lluvia, sembraremos nuevas semillas. Pero esas semillas las tendré que comprar caras. Los precios han estallado.

Los cambios imprevistos en el clima afectan todo en la región. El agua en los pozos ha desaparecido y la familia lleva días buscando nuevas fuentes de agua sin gran éxito. Pero en la finca, ubicada a unos cinco kilómetros de la costa del Pacífico, solo se encuentra agua salina. Esto le ha generado consecuencias duras al ganado de la familia. La falta de agua lleva, por ejemplo, a la disminución de la producción de leche.
– No tenemos agua fresca para darles a nuestros animales, todo lo que sale es agua salina. Sé que no es bueno, pero no tengo otra alternativa que darles lo que hay.

Y la situación es la misma para todas las personas agricultoras del sector.

– Necesitamos encontrar formas de adaptarnos al cambio climático. Porque sí se pueden planificar alternativas. El próximo año estaremos mejor preparados, dice Marta Luz Ramírez.

La agroecología ofrece una solución

La familia Ramírez ya ha comenzado el camino hacia la adaptación al cambio climático. Desde el 2007, ACUDESBAL opera un proyecto basado en la agroecología con el apoyo de We Effect. A lo largo del proyecto, más de 130 familias han aprendido, entre otras cosas, a diversificar sus cultivos. Algo que ha resultado ser muy útil para enfrentar el cambio climático.

Los que solo cultivan maíz lo han perdido todo

– Muchas familias agricultoras han tenido un chance en esta sequía porque tienen distintos cultivos. Por ejemplo, las familias del proyecto cultivan mango, una fruta cuyo período de cosecha se ha prolongado por la sequía. Las familias han podido continuar vendiendo su producto, y al menos parcialmente han podido compensar por los cultivos perdidos. Los que solo cultivan maíz lo han perdido todo, dice el coordinador del proyecto Wilfredo Hernández.

La familia Ramírez ha participado en el proyecto por dos años. También ellos han plantado árboles de mango, pero todavía no han crecido lo suficiente para dar frutos.

– El próximo año ya tendremos la primera cosecha de mango. Puede que no sea tan grande, pero nos dará un pequeño ingreso. Ahora también hemos aprendido que hay nuevas condiciones a las que debemos adaptarnos. El próximo año no vamos a sembrar el maíz después de las primeras lluvias, porque no es seguro que haya más lluvia de inmediato, dice Marta.