La crisis del coronavirus golpea fuertemente a las personas más vulnerables

Barrio marginal en Nairobi. Foto: Alfred Skogberg.

We Effect ha visto un impacto negativo inmediato de la crisis del coronavirus en las operaciones en los países donde trabajamos en Asia, África, Europa y América Latina. Sobre todo, son las personas vulnerables, que viven en pobreza, las que se ven afectadas por la prohibición de reuniones públicas, las detenciones del transporte público y los cierres de mercados. We Effect se está movilizando para apoyar a las personas de la mejor manera posible a pesar de la situación.

“Trabajamos con quienes viven al margen y ahora vemos que la crisis del coronavirus les golpea fuertemente. No tienen redes de seguridad públicas en las que apoyarse, no pueden trabajar desde casa y muy seguido viven en entornos donde el virus puede propagarse rápidamente” dice Anna Tibblin, secretaria general de We Effect.

We Effect colabora con 200 organizaciones contraparte en un total de más de 20 países en el mundo. En las últimas semanas, la crisis ha planteado importantes desafíos tanto para las propias operaciones de la organización en las regiones como para las organizaciones contraparte. El espacio democrático en cierre en muchos países se está volviendo aún más notable.

“Todo ha sido muy rápido. De prácticamente no haber ningún caso de coronavirus en la región hace una semana, hoy varios países han introducido un estado de emergencia y hasta toque de queda”, dice Pia Stavås Meier, Directora Regional de We Effect en América Latina.

En Kenia, las autoridades han reportado menos de diez casos hasta el jueves 19 de marzo, mientras que en Tanzania y Uganda no hay casos reportados. Pero existe la preocupación de que la situación pueda cambiar rápidamente.

“Si el virus ingresa a los barrios marginales en Nairobi, será muy difícil limitarlo. Los barrios donde operamos están abarrotados, la gente no tiene acceso al agua, no hay jabones”, dice George Onyango, Director Regional de We Effect en África del Este.

Las autoridades de la región han introducido varias medidas para limitar la posible propagación de la infección. Han restringido la entrada al país, han cerrado escuelas, prohibido los servicios de las iglesias y los mercados, e instado a las personas a no usar el transporte público que no sea de emergencia. Hasta ahora, sin embargo, ningún gobierno ha anunciado un paquete de crisis financiera a las personas afectadas.

“El impacto a largo plazo en la economía depende de cuánto tiempo se aplicarán estas restricciones. Las personas más afectadas son las que trabajan en la economía informal, así también en la profesión de servicio que no pueden trabajar desde casa. Ahora están sin ganarse la vida, pero aún tienen que pagar el alquiler, las matrículas escolares y otras cosas”, dice George Onyango.

En Europa, donde We Effect opera en Macedonia del Norte, Kosovo, Moldavia, Albania y Bosnia y Herzegovina, el desarrollo está respondiendo rápidamente a la epidemia generalizada en la región.

“Existe capacidad en el sistema de atención médica para manejar la pandemia, pero la pregunta es quién tendrá acceso a la atención médica. Las minorías como los romaníes y muchas mujeres rurales no están registradas como trabajadoras en los sistemas oficiales y, por lo tanto, carecen de seguro médico general”, dice Anneli Leina, Directora Regional para Europa.

Al igual que en otros países europeos, la economía está parada en gran parte de la región.
“La crisis golpeará más a las personas más pobres, aquellas que ya viven al margen. Esto se notará muy pronto”, dice Anneli Leina.

En Palestina, las escuelas, tiendas y restaurantes fueron cerradas rápidamente. Por ahora, solo hay unos pocos casos de infección reportados.

“Es demasiado pronto para decir cómo las cooperativas de agricultores que apoyamos se verán afectadas financieramente por esto. Pero las que ya son extremadamente vulnerables serán aún más afectadas”, dice Anna Erlandsson, Representante país en Palestina.

En muchos países en los que opera We Effect, las autoridades, al igual que en Suecia, alientan a los residentes a trabajar desde casa tanto como sea posible. Pero ni siquiera en países como Kenia, donde la infraestructura de TI está relativamente desarrollada y estable, es una posibilidad para muchos. En la oficina regional de We Effect en Nairobi, las personas están trabajando actualmente para resolver la cuestión de cómo todos los empleados deberían poder mantenerse conectados desde sus casas para continuar trabajando.

“Pienso en las millones de mujeres que viven en zonas rurales y en barrios marginales de todo el mundo. ¿Cómo van a hacer frente a esta crisis? No tienen el lujo de poder trabajar desde sus casas. La mayoría de ellas tienen pequeñas tiendas, trabajan en el sector informal o son pequeñas agricultoras que ganan sus ingresos y alimentos día a día. No pueden ponerse en cuarentena. No pueden acaparar comida de las tiendas de comestibles. Una crisis como esta realmente pone luz sobre la desigualdad en el mundo”, dice Naomi Senda, comunicadora regional en We Effect en África de Este.

En la oficina sede de We Effect, se realiza un trabajo intensivo para revisar la situación en todos los países, así como para tratar de controlar los impactos que la crisis actual tiene y puede tener para el trabajo en el futuro.

“Todavía es temprano, pero creemos que muchas actividades planificadas no podrán llevarse a cabo y deberán reemplazarse por alguna alternativa. Trabajar con movilización y organización sin estar viéndonos es difícil. Al mismo tiempo, estamos acostumbrados a trabajar en entornos complejos y los desafíos son parte de la cotidianidad de las personas con las que trabajamos. También enfrentaremos este desafío, pero requerirá tiempo, innovación y colaboración”, dice Anna Tibblin.

Por

Anna Koblanck, traducción Liinu Diaz Rämö