La crisis de la COVID-19 amenaza la biodiversidad

Peter Chereu realiza actividades agroforestales en su granja cerca del monte Elgon en Kenia. Aquí con su hija Veronica. Foto: Marcus Lundstedt

Este es un artículo de opinión por We Effect y Vi Agroforestry, publicado originalmente en sueco en el diario de Vestmanland el 21 de mayo 2020.

La depredación humana en la naturaleza es una de las causas de la pandemia del coronavirus. Ahora la crisis amenaza los esfuerzos vitales para salvar la biodiversidad. Tenemos que aprender y construir un mundo mejor para las personas, los animales y la naturaleza después de la Covid-19.

La Covid-19 probablemente se originó por la transmisión de una infección de animales salvajes a humanos. Un resultado de cómo la depredación humana en animales y naturaleza amenaza nuestra propia existencia.

En mayo de 2019, la plataforma de políticas científicas intergubernamentales para la biodiversidad y los servicios de los ecosistemas (IPBES) publicó un informe que muestra que más de un millón de especies están en peligro de extinción, muchas en la próxima década. Esto está estrechamente relacionado con el uso no sostenible de los recursos naturales por parte de los estados y las grandes corporaciones.

En muchas partes del mundo, el suministro de alimentos está bajo amenaza. En África del Este, las personas agricultoras corren el riesgo de grandes pérdidas de cosechas, ya que las tierras han sido afectadas por inundaciones y enjambres invasores de saltamontes.

Ejemplos sombríos de otros países muestran cómo la naturaleza y los bosques están siendo devastados para preparar espacio para el cultivo de monocultivos como la palma aceitera, caña de azúcar y soja. Las personas pequeñas agricultoras y los pueblos indígenas, que a menudo viven en armonía con su naturaleza, se ven obligadas a abandonar sus tierras. Las personas que se niegan, son desplazadas, amenazadas o, en el peor de los casos, asesinadas, según muestra un informe reciente de We Effect.

La producción mundial de alimentos depende completamente de los servicios ecosistémicos vinculados a la biodiversidad, como los suelos fértiles y la polinización. Todo está conectado. La comida que comemos depende de la biodiversidad. La agricultura sostenible, que interactúa con la naturaleza y los animales, juega un papel central en el futuro de la tierra y la humanidad.

Un buen ejemplo de producción sostenible de alimentos es la agroforestería, donde los árboles se siembran junto a cultivos. Una persona campesina puede producir, por ejemplo, mangos, café, frijoles, madera, miel y alimento para vacas lecheras. Los y las campesinas con las que Vi Agroforestry colabora minimizan sus riesgos al invertir en muchas especies, mientras que los árboles contribuyen al aire limpio y a suelos más nutritivos. La biodiversidad se preserva y la productividad agrícola aumenta al mismo tiempo. Se crea un ecosistema sostenible.

Pero para lograr un impacto amplio en la agroforestería y otras formas sostenibles de producir alimentos, se necesita el desarrollo del conocimiento y el apoyo político a nivel local, nacional e internacional. Necesitamos un debate sobre cómo se producen nuestros alimentos y asegurarnos de que todas las personas en la cadena de valor, desde la granja hasta la mesa, participen y asuman la responsabilidad.

2020 iba a ser el súper año para la biodiversidad en la política global, especialmente a través de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad en China. Se esperaba un gran avance en las negociaciones sobre los objetivos globales del ecosistema de la tierra. La crisis del coronavirus está creando retrasos importantes para este trabajo vital. Al mismo tiempo, existe un mayor riesgo de que el clima, el medio ambiente y la biodiversidad estén exentos cuando los gobiernos del mundo se centren en paquetes de estímulo y recuperación macroeconómica.

La pérdida de biodiversidad es uno de los grandes problemas de nuestro tiempo. La política y los y las gobernantes deben actuar ahora para revertir la tendencia. En la recuperación que seguirá a la pandemia de la Covid-19, los y las líderes mundiales deben contribuir a construir un mundo mejor, más sostenible y menos vulnerable. También nos protege contra nuevas pandemias.

Eva Åberg, Jefa de Vi Agroforestry
Anna Tibblin, Secretaria General de We Effect