Un abrazo comunitario: La historia del centro de cuidados de Covisanl.

La historia de Heidi y del centro de cuidados en COVISANL nos invita a reflexionar sobre la importancia de los cuidados. Estos, no son solo tareas domésticas, sino que son la base de una sociedad más justa y equitativa. Al reconocer y valorar el trabajo de cuidado, estamos invirtiendo en el bienestar de las personas y en el desarrollo de nuestras comunidades.

En las verdes colinas de San Lorenzo, Valle, Honduras; se encuentra la Cooperativa de Vivienda San Lorenzo Limitada -COVISANL-, una cooperativa que late al ritmo de la comunidad. Allí, entre casas coloridas y sonrisas cálidas, vive Heidi López, una mujer cuya vida se entrelaza con la historia de su comunidad de una manera especial. Heidi no solo es la presidenta de la junta directiva de Covisanl, sino también una de las cuidadoras del Centro de Cuidados Comunitarios, un espacio que ha transformado la vida de muchas mujeres.

Centro de cuidados Covisanl.
Dos niñas divirtiéndose aprendiendo en el Centro de Cuidados de Covisanl.

Heidi, la tejedora de sueños en COVISANL.

Su voz, suave pero firme, nos transporta a un tiempo en el que la necesidad de un lugar seguro para niñas y niños se hizo evidente. “La idea nació por la necesidad de las mujeres de poder liberar tiempo”, cuenta Heidi. En Covisanl, como en muchas otras comunidades, las mujeres cargaban con una doble jornada: trabajaban fuera de casa y se encargaban del cuidado de sus hijos e hijas. El centro de cuidados se convirtió en un oasis, un lugar donde niñas y niños podían jugar y aprender mientras sus madres se dedicaban a sus proyectos personales o profesionales.

La experiencia personal de Heidi es reveladora. Cuando tuvo la oportunidad de viajar a Uruguay para una capacitación, el centro de cuidados fue su salvavidas. “Mi esposo pasaba dejando a mi niño antes de irse para el trabajo y lo pasaba recogiendo ya cuando él salía de sus labores”, recuerda. Esta anécdota ejemplifica cómo los centros de cuidados no solo liberan tiempo, sino que también abren puertas a nuevas oportunidades.

Sin embargo, Heidi también reconoce que el camino hacia la equidad de género es largo y complejo. “Todavía hay una parte de ese hombre machista que cree que la mujer es la que tiene que estar en la casa”, afirma. Pero ella y sus compañeras están convencidas de que los centros de cuidados son una herramienta fundamental para desafiar estos estereotipos y fomentar la corresponsabilidad.

La creación del centro de cuidados fue un proceso colaborativo, entre We Effect y MECOOVISURH. “Gracias a los fondos que se nos dio por parte de We Effect, fue posible todo este proyecto”, explica Heidi. Pero más allá de la infraestructura, el centro de cuidados es un espacio donde se cultiva la comunidad y se empodera a las mujeres.

Cuando hablamos de los retos que enfrenta el centro, Heidi menciona la necesidad de mejorar las instalaciones y de fomentar una mayor participación de la comunidad. “Que la comunidad se apodere en su totalidad de este centro y sepa que esto es de todas y todos”, desea.

La importancia de los cuidados

La historia de Heidi y del centro de cuidados en Covisanl nos invita a reflexionar sobre la importancia de los cuidados. Estos no son solo tareas domésticas, sino que son la base de una sociedad más justa y equitativa. Al reconocer y valorar el trabajo de cuidado, estamos invirtiendo en el bienestar de las personas y en el desarrollo de nuestras comunidades.

Los cuidados, tradicionalmente asociados a las mujeres, limitan sus oportunidades de desarrollo personal y profesional. Al externalizar estos cuidados, como ocurre en los centros comunitarios, se libera el potencial de las mujeres y se fomenta la participación de los hombres en estas tareas.

Heydi junto a sus compañeras cuidadoras del Centro de Cuidados Covisanl

Un llamado a la acción

La historia de Heidi es un llamado a la acción. Necesitamos políticas públicas que reconozcan y valoren el trabajo de cuidado, así como mayores inversiones en infraestructura y servicios. También es fundamental promover una cultura de corresponsabilidad, en la que hombres y mujeres compartan las tareas del hogar y el cuidado de las y los hijos. Al apoyar iniciativas como el centro de cuidados de Covisan, estamos construyendo un futuro más justo y equitativo para todas y todos.