«El premio me hace ver la luz en la oscuridad»

José Pilar Álvarez Cabrera en Estocolmo. Foto: Ola Richardsson
José Pilar Álvarez Cabrera en Estocolmo. Foto: Ola Richardsson
"Me han perseguido, arrestado y amenazado. He tenido que enfrentar 12 procesos legales con acusaciones inventadas sin ninguna base real. Cada vez he demostrado mi inocencia” José Pilar Álvarez Cabrera es el reverendo guatemalteco que lucha por los derechos del pueblo indígena Maya Chortí al agua, la tierra y otros recursos naturales. La semana pasada recibió el premio Agente de Cambio 2017, otorgado por We Effect, en la capital sueca de Estocolmo.

José Pilar Álvarez Cabrera nació a una familia de activistas en medio del conflicto armado de Guatemala. Su padre era campesino, su madre la primera pastora luterana de Centroamérica. La situación que vivía el país hizo que varios miembros de su familia decidieron ser parte de la lucha armada. Familiares, amigos y vecinos fueron víctimas de la persecución de las fuerzas armadas del régimen. Que José Pilar dedicara su vida a combatir las injusticias sociales que caracterizan a su país nativo era obvio desde el principio. Que sería a través de la iglesia luterana también.
– Como pastor, podría quedarme en mi templo, ignorar lo que está sucediendo a mi alrededor, y solo comprometerme a rezar y orar. Pero si yo permanezco callado, soy cómplice de lo que está sucediendo.

El miedo es algo natural para los seres humanos

José Pilar sabía desde un principio que su trabajo no sería algo fácil. El cambio social por el que él y muchos otros defensores de derechos humanos luchan no es visto únicamente como algo positivo. Que los defensores de derechos humanos estén en una situación particularmente vulnerable no es nada nuevo ni propio de Guatemala. La situación extrema de América Latina se refleja en las estadísticas internacionales; tres de cada cuatro asesinatos de defensores de derechos humanos en el mundo durante el 2016 fueron cometidos en la región. Los crímenes contra líderes comunitarios, periodistas, sindicalistas y otros siguen aumentando. En Guatemala, el mismo año, se reportaron 223 casos de persecución, ataques y violencia, 14 asesinatos y 7 intentos de asesinato de defensores de derechos humanos.

José Pilar no es una excepción a estas tristes cifras. La primera vez que fue arrestado, fue después de una manifestación pacífica para el derecho al agua del pueblo indígena Maya Chortí. José Pilar fue llevado frente un juez y se le presentaron los crímenes por los que estaba siendo acusado: coacción, investigación a delinquir y perturbación a la propiedad privada.

Las comunidades del área se movilizaron y más de 500 personas se reunieron fuera de la corte para demostrar su apoyo a José Pilar. El juez decidió que, en vez de ser enviado a la cárcel, José Pilar sería puesto en arresto domiciliario. El apoyo de las comunidades puede haberle salvado la vida. Al poco tiempo se descubrió que un sicario había sido contratado en la cárcel a la que se había pensado llevar a José Pilar.
– El miedo es algo natural para los seres humanos. El miedo nos paraliza y nos puede destruir. Yo tengo miedo, porque aún no quiero morir. Pero mi fe me lleva adelante y hace que el miedo no se haga cargo de mi vida.

El hecho de que la labor de José Pilar se conoce y reconoce internacionalmente, por ejemplo a través del premio Agente de Cambio, le da cierto alivio y hace ver la luz en la oscuridad.
– Nunca hemos buscado un premio por nuestra labor, pero obtenerlo tiene un gran significado. Nos da un alivio, un respiro. Por mucho tiempo todos los que trabajamos con los derechos humanos en Guatemala nos hemos acostumbrado a recibir amenazas, ser perseguidos y violentados – es parte de nuestras vidas. Ahora recibimos un reconocimiento político que contribuye al esfuerzo de nuestro trabajo. El premio nos da esperanza.

El hombre que recibe el premio Agente de Cambio 2017 es una persona valiente y dedicada a su labor. Es una persona que ha recibido amenazas de muerte, ha sido perseguido y sometido a campañas de difamación, pero que nunca se ha dejado intimidar. Es una persona que siente esperanza para el futuro y nos promete continuar con su lucha.