Seis mujeres paradas con brazos cruzados mirando a la cámara

El pan y la unidad – una receta exitosa para el empoderamiento de las mujeres

En la cooperativa agrícola de Las Tablas en El Salvador, las mujeres no tenían participación en el trabajo productivo y aún menos en las tomas de decisiones. Pero cuando se inició un proyecto de empoderamiento de las mujeres las cosas fueron cambiando.

– Antes solo hacía oficios, cocinaba para mi esposo, cuidaba a los niños. Ahora vamos aprendiendo algo nuevo día a día. He aprendido que nos respeten nuestros derechos, que el hombre no es mejor, ni vale más, que la mujer, nos cuenta Berta Najarro – una de las participantes en la panadería de la Cooperativa Las Tablas.

Sus compañeras están de acuerdo, todas se reconocen en la descripción. Anteriormente, la mayoría de ellas pasaban sus días en la casa, sin salir a capacitaciones o reuniones. Ninguna de ellas tenía un ingreso propio.

Nunca había tenido tanta plata en mis manos

– Mi esposo me daba plata para lo que necesitaba en la casa, pero nunca tuve algo que era mío, que podía gastar en lo que yo quería. Después del primer año recibimos 200 dólares cada una. Nunca había tenido tanta plata en mis manos, nos cuenta Miriam Ramos con una fuerte sonrisa.

Nuevas capacidades llevan al empoderamiento

A través de talleres sobre los derechos de las mujeres, el cooperativismo y la panadería, las mujeres fueron desarrollando nuevas capacidades y finalmente empoderándose. Organizarse, capacitarse y tener un ingreso propio les ha cambiado la vida y cada una de ellas tiene una historia propia de cómo.
Para Ana Guadalupe Aguirre organizarse le salvó la vida.

– En mi juventud tuve una vida difícil, mi mente era frágil y pensé varias veces en quitarme la vida. Solo quería acabar con mis sufrimientos. Nada más me importaba. No tenía estos espacios donde podía desarrollarme. Estaba sola, encerrada en un mundo chico. Ahora vivo en un mundo grande, dice con una amplia sonrisa.

Para Laura Ramírez, madre soltera, la panadería también le ha servido para trabajar sus dolores personales.

– Mi esposo se fue a los Estados Unidos. El trabajo me ha servido para distraerme, no pensar en eso.

El hecho de estar unidas, trabajar hombro a hombro, y compartir el proceso juntas, ha sido importante, les da más fuerza.

– Trabajar juntas y estar organizadas significa bastante, es el objetivo principal para nosotras. Se trabaja mejor juntas que hacerlo individualmente, dice Ana Guadalupe y sigue:

– Es bonito tener este grupo. El día de la mujer y de la madre lo celebramos juntas, hacemos un pastel en la panadería y juntamos a las familias. Así nos motivamos.

Trabajar juntas y estar organizadas es el objetivo principal para nosotras

Empoderamiento más allá de lo económico

El empoderamiento de las mujeres no ha sido únicamente a nivel económico. Ahora las mujeres participan más en la comunidad. La cooperativa, que históricamente solo ha tenido a hombres como miembros, está haciendo cambios para que las mujeres también puedan tomar parte del trabajo organizativo. La introducción de un comité de mujeres y un comité de jóvenes ha facilitado la participación de las mujeres.

Para el futuro las mujeres sueñan con un local más estable. Quisieran tener un comedor donde puedan vender sus panes y otras comidas. Así podrán seguir aportando a la economía de sus familias y los estudios de sus hijos. Porque, si bien la panadería por el momento significa más trabajo para las mujeres, todas están felices de su propio proyecto, ninguna quiere dejarlo.

– Ahora tengo más actividad, más cosas que hacer en mi vida. Tengo que coordinar mi tiempo bien para lograr hacer todo. Pero me gusta, porque ir a la panadería es un tiempo para mí. No es un trabajo estresante. Voy a pasarlo bien con mis amigas, dice Berta Najarro.

La Cooperativa de Las Tablas ha trabajado la igualdad y equidad de género en varios procesos, con mujeres, hombres y jóvenes de la comunidad.