La escuela donde las experiencias de violencia son parte de la solución

Foto: Liinu Diaz Rämö
Foto: Liinu Diaz Rämö
En América Latina el abuso y la violencia son parte de la vida cotidiana de muchas mujeres – la región sigue teniendo los índices más altos de violencia contra la mujer. En Paraguay, la organización CONAMURI ha creado una escuela de mujeres enfocada en la violencia contra la mujer. Aquí las historias y experiencias de las participantes están en el centro de la creación del cambio.

En un patio en el caluroso y húmedo centro de Asunción, alrededor de treinta mujeres están compartiendo sus historias de vida con mujeres desconocidas. Aquí las participantes de la escuela de mujeres de CONAMURI hablan sobre sus experiencias más difíciles; historias sobre los obstáculos que han enfrentado como mujeres en una sociedad machista. Pronto comienzan a oírse detalles más específicos de cómo han sufrido violencia de diferentes formas – en sus hogares y afuera, por parte de seres conocidos y desconocidos. Aquí, en la frescura que ofrece la sombra de los árboles, las mujeres han recibido una oportunidad de contar las historias que raramente son escuchadas en sus comunidades y organizaciones. Al llegar la hora de almuerzo, pocas quieren parar sus conversaciones profundas.

Queremos darle valor a estas historias

– Las historias con las que vamos a trabajar no son historias de mujeres ajenas, están basadas en nuestra cotidianidad. Queremos darle valor a estas historias, recuperar saberes y reconocer los aprendizajes y las sabidurías que operan entre las mujeres campesinas, las mujeres indígenas y las mujeres de la ciudad, nos cuenta Fátima Aguilar de CONAMURI, una de las organizadoras de la escuela de mujeres.

En la escuela las participantes estarán hablando sobre los derechos de las mujeres, del vínculo entre la sexualidad y el poder y cómo este se puede convertir en violencia. Las participantes son militantes de sindicatos, cooperativas de vicienda, partidos políticos, organizaciones de mujeres y organizaciones campesinas de todo el país.
– Es importante permitir que las mujeres de diferentes sectores se reúnan e intercambien experiencias para fortalecerse juntas, como mujeres y activistas, continúa Fátima.

Las mujeres en América Latina y el Caribe corren el mayor riesgo en el mundo de sufrir violencia.

El hecho de que una escuela de mujeres en Paraguay se centre en la violencia contra las mujeres no es una coincidencia. Las mujeres en América Latina y el Caribe corren el mayor riesgo en el mundo de sufrir violencia. Los feminicidios, es decir el asesinato de mujeres por el hecho de ser mujeres, son un problema creciente en toda la región. Paraguay no es una excepción, en el 2016 se registraron 39 feminicidios en el país. Una escuela de mujeres enfocada en la violencia contra las mujeres coloca la violencia en un contexto y problematiza todas las violencias que operan sobre el cuerpo de las mujeres. Así las participantes pueden crear herramientas para cambiar la oscura realidad que prevalece en el continente latinoamericano y en sus comunidades.
– Hablaremos sobre el círculo de violencia y sobre lo jurídico y político. Pero, sabemos que las instituciones del Estado no dan respuestas. Entonces un objetivo es construir una red de mujeres para mujeres y contra la violencia, nos cuenta Fátima.

Leidy Romero de la cooperativa de vivienda Kuarahy Rese en las afueras de Asunción es una de las participantes. Para ella, el contexto es nuevo, estimulante e instructivo.
– No solo estoy aprendiendo sobre mis derechos, sino también entendiendo más las normas y reglas que hemos aprendido desde la infancia, y que a veces no cuestionamos. Ahora sé que como mujer puedo participar en la sociedad sin tener miedo, dice Leidy con una sonrisa tímida y continúa:

– Ahora quiero que más personas obtengan estos conocimientos, así que voy a hablar con mi familia y amigxs sobre esto. Juntos podemos romper las estructuras que nos limitan a las mujeres y que a veces se expresan a través de la violencia.

La escuela de mujeres organizada por CONAMURI es solo una de varias escuelas de mujeres en América Latina. A través de un programa regional iniciado por We Effect en 2012, varias organizaciones contrapartes en la región han implementado las escuelas de las mujeres como una herramienta para la equidad de género y el empoderamiento de mujeres, tanto en sus organizaciones como en la sociedad en general.